Nola y Pi se van de viaje: Cómo contar todo lo vivido en tan pocos días en el Cenepa...

Como describir con palabras el Cenepa y nuestros días allí es muy complicado, vamos a intentar hacerlo con fotos.

Pero para poneros en precendentes os cuento muy por encima lo que hicimos. Chinita, una india Awajun amiga de Nola nos invitó a conocer a su gente participando en un proyecto con el que lleva trabajando muuuuchos años con mujeres Awajun de las distintas comunidades situadas a orillas del río.

Y allí fuimos, a hacer unos talleres de malabares con los niños a modo de excusa para acercarnos a ellos y a las distintas comunidades y poder trabajar con ellos dentro del proyecto (cosa de la que ya se encargaban otros porque, entre otras cosas, la mayoría no habla español, sólo Awuaruna y a Nola y a mì se nos da regular).

Así que, esto es la selva del Cenepa...

El río, centro de la vida de las comunidades, sirve de "carretera", de bañera para ducharse, de pileta para lavar la ropa, de lugar de juegos, de nevera, de pescadería...

Las calles y las casas en las comunidades.

La selva inpenetrable cayendo sobre el río.

Mujeres que venden cerámica como una de las pocas fuentes de ingreso de soles de la zona.

El medio de transporte más común, la canoa.

Y así la vivimos nosotras...

Recién llegadas y ya rodeadas de niños (la de rojo del centro soy yo, Pi)

Nuestro medio de transporte habitual, la chalupa.

Aunque no es el único medio de transporte, está la canoa, que no es a motor, o el peque peque, que es una canoa un poquito más grande que usa un motor que hace "peque peque peque peque..."

Os presentamos de izquierda a derecha: Chinita, la abuelita (ceramista), Bidely y Malena. Almas del proyecto.

Lo mejor, los niños...

Taller de cariocas.

Taller de bolas.

Ves mami, ¡como mucho!

Bueno, también es: miles de picaduras de bichos (odiaré por siempre a los isangos), arañas más grandes que mi mano abierta mirándote cómo te duchas (hay pocas cosas que te hagan sentir más indefensa que estar desnuda mientras te mira una araña gigante), cien piés con 128 piés (contados) de diez centímetros de largo, saltamontes preciosos de alas naranjas y verdes, las mariposas más raras y grandes que hemos visto jamás, avispas y moscas en las letrinas, armadillo o gusanos para comer (Visón, ¡¡te habría encantado!!), plátanos de todos tipos: asados, sancochados, crudos de varios colores, en sopa, como acompañamiento... y mucho más...