lunes, 3 de febrero de 2014

Las Torres del Paine 2/3

Día 4: del campamento Los Perros al campamento El Paso.
- 7 km
- 8 h de camino (no os imagináis la ruta...)
- Prueba de la gymkhana: nieve nivel 2, viento nivel 3, barro nivel 3 y cuesta abajo nivel 10000 (y ya si vas sin gafas, no me imagino el nivel)
Así empezó el camino, fango, fango y más fango entre árboles.
Aunque rápidamente cambió el paisaje, la montaña quedó pelada y empezó la nieve.
Pero no un poquito, nieve nieve...
Esa cuesta la subimos, pobres piernas...
Claro que con un paisaje espectacular.
Pi hizo esta foto desde arriba. Se ve claramente abajo la laguna de los Perros (la del glaciar), el bosque por el que pasamos y el comienzo de la cuesta empedrada y con nieve. Y al fondo, el valle, precioso.
Ésa es Nola subiendo la cuestecita (Me pregunto, ¿de quién fue la ideíta?)
Cuando llegamos por fin arriba y cruzamos el paso de John Gardner, nos quedamos heladas, no sólo porque soplaba un viento frío de los que no existen en nuestras sierras andaluzas (yo diría que ni en Sierra Nevada siquiera), que también; sino por la vista fascinante que proporcionaba el glaciar Grey, imponente, majestuoso. Te atraía a la vez que parecía decirte, "¡Cuidado, que conmigo no se juega!"
El glaciar Grey, que nos acompañaría a lo largo de varios días de ruta.
Ahí lo podéis ver un poco mejor. Nola y dos chinos (de NYC, creo) encantadores nos acompañaron toda la ruta hasta la bajada del paso para que no estuviéramos solas si nos pasaba algo. ¡Qué lindos!
Espectacular el glaciar.
La bajada fue dura, tan dura que no hay ni una sola foto, pero imaginad un desnivel de 800m en menos de 2.5km de camino, entre árboles y con el fango que se veía en la primera foto. Teníamos que ir super despacito porque nos resbalábamos cada dos por tres y, para más inri, Nola sin gafas porque le cambió la graduación durante el viaje y no las podía usar. Todo un reto. Pero en cuanto se acabó la cuesta... ¡qué maravilla de bosque!
Durante este tramo vimos un par de gnomos, un grupo de hadas y siete duendes :)
Y por supuesto, a nuestro lado Grey.
Esa noche dormimos en el campamento El Paso después del tramo más duro de la ruta, con una sensación de satisfacción por la proeza por un lado y de agobio porque parecía que el parque nos estaba echando por otro, que sólo se nos pasó un poco cuando los guardaparques (que ya dijimos que son ángeles caídos del cielo y puestos en el parque para cuidar de nosotras) nos abrieron las puertas de su casita para ducharnos (por fin) en una ducha decente y ¡¡con agua caliente!! ¡Qué encantadores son!

Al rato llegaron los Argentinos y Ana, una chilena loca que iba haciendo el camino sola, con los que habíamos estado charlando durante estos días y con los que formamos a partir de entonces el grupo de Los Patitos. Todo aquel que conozca la historia de las agujetas de Calv después de ir al Muhacén, entenderá el nombre del grupo. Y el que no, que pregunte :)

Día 5: del campamento El Paso al campamento Grey.
- 9 km
- 4.5 h de camino
- Prueba de la gymkhana: escaleras nivel 3

El quinto día fue un día muy bueno, aunque nos metieron un poco de miedo... bueno, a Nola con unas escaleras que íbamos a encontrar en el camino que parecía que no las iba a pasar ni Indiana Jones. Pero bueno, el día se levantó muy bueno (y eso que creímos que iba a llover mucho ya que habíamos estado toda la noche oyendo truenos... o eso nos parecían).

Como el día anterior, el Grey nos estuvo acompañando todo el camino, durante el que atravesamos un bosque frondoso y cruzamos algún que otro río. Eso sí, prácticamente siguiendo una misma curva de nivel, o por lo menos eso nos pareció después del partepiernas del día anterior.
El glaciar Grey desde dentro del bosque.
Y Nola: "Verás las escaleras, porque tú no has visto la foto, porque yo no sé si las voy a poder pasar, porque están muy peligrosas, porque están amarradas con cuerdas, porque..."
El bosque que llevábamos un par de días atravesando. Se puede intuir en esta foto la bajada que hicimos ayer...
Y Nola: "Verás las escaleras, porque tú no has visto la foto, porque yo no sé si las voy a poder pasar, porque están muy peligrosas, porque están amarradas con cuerdas, porque..."
El cauce de uno de los ríos que caían con fuerza desde la montaña. Por supuesto con el glaciar al fondo.
Y Nola: "Verás las escaleras, porque tú no has visto la foto, porque yo no sé si las voy a poder pasar, porque están muy peligrosas, porque están amarradas con cuerdas, porque..."
He aquí las escaleras... Una de subida y dos de bajada separadas en distintos tramos. Hombre, no era la de la foto (preguntadle a Nola cómo era, que la verdad es que daba miedito), pero no estaba mal tampoco :)
La de la foto era tan chunga que ésta nos pareció la de mármol del castillo de Blancanieves.
Y por fin llegamos al final del glaciar, allí nos quedamos un rato disfrutando de la vista. Con la buena suerte de estar en el momento en que un trozo del glaciar se partía y caía al agua. Todo un espectáculo.
Al oír el estruendo del trozo al caer entendimos los truenos de la noche :)
Desde lejos se podían ver trozos de hielo que se habían desprendido y que viajaban por el lago Gray.
¿A qué parece totalmente un barco hundiéndose?
Y por fin, el último tramo de escalera, donde ya no había escalera sino esta magnífica pasarela. ¡Es que nos lo ponen muy fácil!

Aunque no era cortita, la verdad es que se movía bastante en el medio...
Ahí veis a Nolita pasando la pasarela, yo sé de alguna que se habría muerto si se ve en esta tesitura :)
Una hora después estábamos en el campamento Grey viendo al resto de los Patitos, dándonos una ducha de agua caliente y cocinando una magnífica ¡sopa de sobre con fideos! (No todo a la vez, claro, por partes). Eso sí, para compensar la sopa de fideos y porque tenemos más suerte que nadie (aunque como dice un amigo, la suerte se hace), fuimos a comprar pan, no quedaba pero tenían uno de centeno que alguien les había dejado y nos lo regalaron junto con un poco de mantequilla. Así que tuvimos una de las mejores cenas de la ruta: ¡¡pan con mantequilla!! Vaya G.

Como los días son largos en los veranos de la Patagonia, además nos dio tiempo a darnos un paseo con Los Patitos para visitar los alrededores y dar un último adiós a nuestro amigo Grey :)
Cachitos de hielo acumulados en la orilla. ¡Saben a hielo! ¿Quién lo diría?
Nuestro amigo amenazante desde la distancia. Parecía que se fuese a mover hacia nosotros como una manada de caballos. Pero no.
Una de las cosas que más le gustan a Pi de las montañas son las líneas que dibujan los estratos y que te invitan a imaginar la vida de ese trozo de tierra. Y además forman unas texturas en las paredes preciosas.
Pues eso, texturas y más texturas.

Día 6: del campamento Grey al Italiano. (Este día rompimos la pana)
- 16 km
- 5.5 h de camino
- Prueba de la gymkhana: viento nivel 3

La ruta de este día tuvo un primer tramo un poco aburrido (hasta el campamento Paine Grande) aunque ya al final empezamos a ver unos paisajes preciosos.
Por otro lado, en este tramo empezaba la zona de más turismo, que nos acompañaría ya hasta el final de la ruta, lo que nos dio un poco de bajón porque llevábamos varios días casi solos en la montaña y de repente los caminos se ensancharon y cada pocos minutos nos cruzábamos con algún otro excursionista (ya no montañeros).
No se marcan los colores tan bien como hubiese querido, pero aún así, es un paisaje precioso, ¿no?
La laguna de los Patos con el cerro Ferrier al fondo.
Era imprescindible una foto: ¡era nuestra laguna, la de los Patos! Y eso que la toma de esta foto casi hace que Nola volase cual cometa mientras la hacía.
Bajando por el valle justo antes de llegar a Paine Grande, con un viento que parecían dos y el lago Pehoé al fondo. Maravilloso el color.
Cuando llegamos a Paine Grande hicimos una parada para reponernos y comer algo y continuamos hasta el Italiano bordeando el lago (no fuimos capaces de pronunciarlo) Sköttsberg, del mismo color de Pehoé y donde soplaba otro viento de las características del anterior.

Por el camino atravesamos un bosque que había ardido hacía unos años y dejaba esta imagen, mezcla de belleza tenebrosa y delicada. Maravillosa.

Y vimos por primera vez los Cuernos del Paine, para Pi la formación montañosa más bonita de todo el Paine. Nada más que por verlos a ellos merece la pena ir.
Imponentes los Cuernos.
En el Italiano aprovechando que no hacía muy mal tiempo (no sé si habréis notado que las fotos de este día son de las pocas en las que se ve algo de cielo azul) y porque somos como somos, volvimos a ducharnos con agua fría (y digo yo que qué necesidad tendríamos...) pero encima esta vez no teníamos ni ducha ni nada. Pedimos un cubo grande a los guardaparques (que imaginaos la cara que nos pusieron entre reírse de nosotras y sentir lástima) y nos metimos en un cuartucho donde había un váter seco (que huelen igual o peor que los mojados) y un poco de espacio para nosotras.
No os creáis, aunque se viera el cielo seguíamos estando a 3 ó 4 grados. Y allí nos metimos las dos a ducharnos sobre el cubo intentando no tirar mucha agua y que no se nos ensuciase mucho la ropa. Siguiendo un orden preciso de limpieza de cuerpo para asegurarnos de que nos lavábamos los pies después de la cara y no antes y gritando a voz en cuello (perdón por la expresión pero la trascribo tal cual fue dicha): ¡¡Puta herencia mora!!

Y por último, una cenita de (sí, lo habéis adivinado) sopa de sobre con fideos y a la cama con esquijama.

Nola y Pi

2 comentarios:

  1. Ahora los leo bien, pero sólo viendo las fotos y con lo que ya me habéis contado os voy a envidiar de una manera mortal.

    No os habéis gastado dinero en este viaje, habéis invertido en vida.

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    1. Gracias Tan, yo también lo creo. De hecho, creo que me voy a hacer broker de este tipo de inversiones, que me ha gustado la experiencia :)

      ¿Quién se apunta para la próxima?

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