El cañón del Colca es el segundo cañón más profundo del mundo (por delante del del Colorado y todo) y allá nos fuimos nosotros de ruta, como tiene que ser :)
Después de largas discusiones sobre la peligrosidad de ir solos o con guía, finalmente Pi acabó convencida (porque ya sabéis que ella se habría ido sola) y contratamos un guía para que nos bajara al cañón, eso sí, por el camino más largo y menos transitado para esquivar a todos los guiris que pudiésemos.
Os presento a Shalo, nuestro guía (al resto ya las conocéis):
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Aquí comenzó la bajada, ¿podéis verla detrás nuestra? |
Con él hicimos la que ha sido, de momento, la mejor ruta del viaje, tres días de bajada, bajada, bajada, bajada, bajada...
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A la izquierda podéis ver parte de la bajada y a la derecha a una niña muuuuu guapa. |
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Terrazas de cultivos que vienen usándose desde antes de la llegada de los incas a estas tierras. Y al fondo, ¡el cañón! |
Y subida, subida, subida, subida...
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Cansados pero contentos |
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Agrandad la foto para poder ver parte de la bajada tan bestia que hicimos (a la izqda) y de la subida aún más bestia (a la dcha) |
Pero también fueron tres días de ingeniería (no es lo que más nos gustó del Colca, pero casi)
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Media hora de camino y se oye un "Pi, saca el cordino, ¡rápido!". Primera bota sin suela. |
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Y primer arreglo :) |
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Una hora después... |
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Segundo arreglo con los únicos materiales que teníamos, cordino y esparadrapo. Gracias por tu ayuda, SOSIO. |
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Pero una vez llegados al refugio, ¡empieza la ingeniería de verdad! |
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Conseguimos: alambre y cinta aislante (prestados), manguera (de la basura), alicates que podían haber sido comprados en un chino si hubiese chinos por estos lares, fixo (de la mochila de Nola, que parece la maleta de Mary Poppins) y navajas (pa que veáis, troperos, que tenéis que hacerme caso cuando os digo ¡¡que siempre tiene que ir en la mochila!!) |
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Y, he aquí el resultado final. De esta guisa se hizo Nola los dos días de camino que quedaban. Parecía andando Valentín. Debían de pesar un par de kilos cada una por lo menos. |
De ver cóndores cerquita, cerquita (aunque en la foto no parezcan tanto)
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Dos cóndores, uno entrando y el otro saliendo del nido, que es el hueco de la pared. |
De superación
¡Bayito! Nos encantaría haber tenido una foto tuya subiendo el cuestón para ponerla aquí.
De mucho hablar y mucho pensar.
De descansos para coger fuerzas para el siguiente tramo
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Este es el refugio del primer día, colgado de una pared sobre el río. No os podéis imaginar la alegría al llegar cuando ya nuestras fuerzas daban para poco más (nos tomamos unas cocacolas calientes y todo). Menos mal que después nos pegamos un bañito en sus termas a orillas del río. |
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Y éste el del segundo día, cogiendo fuerzas para la GRAN SUBIDA. Y Nola hablando, claro. |
Y, para alguna, de paseíto en burra, aunque no tengamos pruebas gráficas ;)
¡Y llegamos! Enteros, aunque con unos cuantos kilos menos cada uno (Toñi, Nola los recuperó después en el Cenepa, ¡te lo juro!)
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Aquí el equipo. |
Y ya de vuelta, un poco de turisteo, que las vistas lo merecían ;)
PMAU y Nola
Lagrimones cayendóseme de envidia :'), ¡Qué guapo!
ResponderEliminarTe habría encantado Taaaaaaaaaaaaaaaaan!!!
EliminarUna de esas rutas de andar y no hablar para no gastar ni un ápice de energía.
EliminarNo sé si te has percatado de que sólo hay una foto de subida y es de una zona más bien llana. La subida no daba para tener una cámara estorbando :)
Pablo sosio....."así se saca brillo a unas botas, era hasta divertido ,vamos dibujando un mapa sobre la marcha caminos, arroyos, pueblos, poniendo nombre a montañas y escuchando el silencio que nos hace pensar en el tiempo que nos pertenece, la verdad que lo lo estoy viviendo " me encanta como lo lleváis y como lo contáis,fuerzas...besosss¡
ResponderEliminarImpresionante!! Dime de qué marca eran las botas, que estoy buscando unas nuevas
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