Para que os hagáis una idea de la sensación que me causó la ciudad, para nosotras Cusco es más o menos esto:
Nótense los dos nombres de las calles. |
Encerrada entre montañas, os presentamos la ciudad de Cusco:
De igual manera que sentimos que hay dos Cuzcos, la inca y la castellana, existe otra división dentro de la ciudad: la parte llana y el barrio alto (barrio de San Blas). Las calles que conforman la parte más llana de la ciudad parten de la Plaza de Armas, que la podéis ver en el centro de la siguiente imagen. Plaza porticada rodeada de bares para turistas y de edificios importantes como la Catedral (donde fuimos a misa y, aunque sabemos que esto os costará creerlo, mereció la pena sobre todo por escuchar los cánticos, al margen de liturgias que no entendiéramos).
El barrio de San Blas es precioso, cierto es que las cuestas matan a cualquiera pero merece tanto la pena...
Hay una parte importante que no llegamos a fotografiar nunca de esta ciudad, sus mercados. No nos preguntéis por qué, imagino que porque una piensa que como los está visitando a cada rato, luego te acercarás a hacerle la foto, pero esto último nunca ocurrió. Lo que sí que podemos hacer es contaros que la vida comercial de la ciudad está alrededor de sus dos mercados, sobre todo del central. Éste es una explanada inmensa, donde merece la pena no sólo comprar, también pasear y comer un estupendo ceviche en cualquiera de sus puestos. El otro mercado es el de San Blas, mucho menos pretencioso que el anterior, pero donde se desayuna de miedo, la verdad.
Coincidimos con unas fiestas importantes en todo el Perú, la del Señor de los Milagros. Las ciudades se visten de morado para celebrar durante un mes la festividad de su santo patrón. Todos los domingos hacen algún tipo de festejo, este domingo en Cuzco asistimos a un desfile, donde pudimos ver desde militares hasta estudiantes universitarios desfilando, enfermeras con los viejitos a los que cuidaban disfrazados de flor, representaciones de pueblos cercanos y lejanos. Así toda una diversidad se juntó en la Plaza de Armas, todo Perú casi. Aquí os dejamos este recuerdo:
Por último deciros que siento que la visita a Cuzco es obligada, que esta ciudad te llena el corazón de tantas cosas, que es tan bonita, que nunca te quieres ir y que se quedó parte de nuestro coranzocito allá.
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