San Pedro es una ciudad muy bonita, cuidada y arreglada para los millones de turistas que paran allí continuamente para ver los alrededores (que la verdad es que son una maravilla) y para ir al Salar de Uyuni, ya que la ciudad está al lado de la frontera con Bolivia.
Así que San Pedro es un bonito parque de atracciones bastante caro y, eso sí, con comida para turistas y, por tanto, con vegetarianos por tos laos, que a Nolita le viene muy bien :)
¿Qué hicimos nosotras para esquivar a los turistas? Pues buscarnos unas bicis e irnos por las rutas por las que no va nadie, que total, son geniales todos los alrededores, y los sitios muy turísticos siempre los podemos ver en google imágenes :p
Y fuimos al Cañón del Diablo (¡¡qué maravilla con la piedra roja sangre!!)
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De ruta hacia el Cañón |
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¡Qué color más alucinante! |
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Por supuesto, no podía faltar nuestro acompañante :) |
y a la Cordillera de la Sal, una zona desértica enorme rodeada de montañas, rojas por supuesto, con restos de sal que no se sabe de dónde provienen pero que se han usado desde siempre para obtener la sal de cocinar de la zona.
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El Sosio, siempre a nuestro lado. |
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Descansando en la única sombrita que encontramos en el desierto. |
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¡¡Es que es alucinante el color y las formaciones de las rocas!! |
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¿No creéis? |
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Saliendo de la sombra para continuar nuestra ruta. |
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Ya en pleno desierto. |
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Los trocitos blancos que veis por el suelo son láminas de sal. |
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Espectacular el paisaje :) |
En San Pedro nos quedamos unos días más de la cuenta para poder cruzar a Bolivia a ver el Salar de Uyuni, y ése es un salar muuuuuuuuucho más impresionante al que no queda más remedio que ir en plan turista, pero ésta es otra historia que os contaremos otro día.
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De despedida, el volcán Licancabur, que separa Chile de Bolivia. |
Pi y Nola
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